Abril 14, 2009.
Por Hernández Cervantes Vladimir
La calle Río Danubio en los condominios casas Ara parecía balneario. Oaxtepec, Temixco o hasta la playa de la ciudad de México de Aragón.
En esta calle del fraccionamiento Paseos del Río se encuentran un conjunto de 65 casas. Ubicado en el municipio Emiliano Zapata del Estado de Morelos, casas Ara comenzó a construir hace ya unos tres años. Su primera unidad con alberca se vendió como pan caliente, sin embargo las fallas no podían faltar para esta constructora y los condóminos insatisfechos decidieron ir a reclamar.
Durante más de medio año no han logrado satisfacer las necesidades de las familias que cada semana o quince días van a descansar, sin imaginar que por la falta de seguridad no proporcionada tengan que cooperarse para comprarle las llantas del carro al vecino que se las han robado la madrugada anterior, desvelarse la noche entera para sacar el agua de la casa en tiempos de lluvias o las fugas internas que emanan de los lavabos, retretes y demás, en agua y olor.
Así ha sido los fines de semana en aquél lugar. Tranquilo y sin mucha gente con la cual pelear por tener un espacio en el área verde a los alrededores de la alberca, exclusiva para esos condóminos. Casi nada de gente, hasta ahora. Con la semana santa no solo llegaron los condóminos dueños de un espacio ahí sino que toda la familia telerín que los acompañaba.
Lo primero que se piensa al mencionar Semana santa en Cuernavaca es la alberca. Algunos otros pensarán en los viveros pero nada como un buen chapuzón ante el sol que pega a plomo. Sentado y protegiéndote con una sombrilla del sol mientras te tomas una cerveza bien fría y ves a los chamacos jugar en el chapoteadero. Eso es lo que implica semana santa en Cuernavaca, pero también implica cuidar la alberca, el lujo de nuestra unidad.
Si no se cuida y se tienen reglas para el uso de ella, el agua queda puerca como lo estaba ya en la mañana del viernes. Cerca de 40 jóvenes que visitaban una casa y que mantuvieron su fiesta hasta las tres de la madrugada del jueves, no se preocuparon de las consecuencias que sus actos tendrían, tomar cerveza en la alberca, derramarla, meterse a ella con ropa y ofrecer un show en parejas algo exhibicionista para los niños que sorprendidos eran llevados a la casa por sus padres.
40 jóvenes donde solo uno es el sobrino de la dueña y que no pudo mantener el control de sus invitados, propiciaron que la alberca de tan sucia que estaba se tuviera que vaciar el día viernes.
Ahora imagínate, si sufriste de la escasez de agua este fin de semana. En aquellas casas se disfrutaba vaciar con cubetas aquella alberca. Pero aprovechando toda esa agua con químicos para regar el área verde de los alrededores.
Sacrificando un día entero sin alberca, porque estuvo lista hasta las diez de la noche pero ¡de que forma se disfrutó el sábado! Sábado de Gloria, alberca, Cuernavaca, la familia. Podrían decir que es la combinación perfecta para estas vacaciones.
No importa dormir en un colchón inflable junto al tío, la prima o el sobrino o en el suelo junto al perro. Lo importante es vivir la aventura. Perder la monotonía de la ciudad de México que fastidia. La gente escandalosa en sus carros, el tráfico provocado por los miles de coches que se quedaron por no tener vacaciones o dinero, más los miles que se quedaron a vuelta de rueda o ya sin avanzar como en la de Querétaro.
Una semana para relajarse y aunque muchos descansaron, otros más se quedaron a sol y sombra como caudillos en su arduo trabajo. Semana santa dedicada al cristianismo pero de eso ni quien se acuerde.
La calle Río Danubio en los condominios casas Ara parecía balneario. Oaxtepec, Temixco o hasta la playa de la ciudad de México de Aragón.
En esta calle del fraccionamiento Paseos del Río se encuentran un conjunto de 65 casas. Ubicado en el municipio Emiliano Zapata del Estado de Morelos, casas Ara comenzó a construir hace ya unos tres años. Su primera unidad con alberca se vendió como pan caliente, sin embargo las fallas no podían faltar para esta constructora y los condóminos insatisfechos decidieron ir a reclamar.
Durante más de medio año no han logrado satisfacer las necesidades de las familias que cada semana o quince días van a descansar, sin imaginar que por la falta de seguridad no proporcionada tengan que cooperarse para comprarle las llantas del carro al vecino que se las han robado la madrugada anterior, desvelarse la noche entera para sacar el agua de la casa en tiempos de lluvias o las fugas internas que emanan de los lavabos, retretes y demás, en agua y olor.
Así ha sido los fines de semana en aquél lugar. Tranquilo y sin mucha gente con la cual pelear por tener un espacio en el área verde a los alrededores de la alberca, exclusiva para esos condóminos. Casi nada de gente, hasta ahora. Con la semana santa no solo llegaron los condóminos dueños de un espacio ahí sino que toda la familia telerín que los acompañaba.
Lo primero que se piensa al mencionar Semana santa en Cuernavaca es la alberca. Algunos otros pensarán en los viveros pero nada como un buen chapuzón ante el sol que pega a plomo. Sentado y protegiéndote con una sombrilla del sol mientras te tomas una cerveza bien fría y ves a los chamacos jugar en el chapoteadero. Eso es lo que implica semana santa en Cuernavaca, pero también implica cuidar la alberca, el lujo de nuestra unidad.
Si no se cuida y se tienen reglas para el uso de ella, el agua queda puerca como lo estaba ya en la mañana del viernes. Cerca de 40 jóvenes que visitaban una casa y que mantuvieron su fiesta hasta las tres de la madrugada del jueves, no se preocuparon de las consecuencias que sus actos tendrían, tomar cerveza en la alberca, derramarla, meterse a ella con ropa y ofrecer un show en parejas algo exhibicionista para los niños que sorprendidos eran llevados a la casa por sus padres.
40 jóvenes donde solo uno es el sobrino de la dueña y que no pudo mantener el control de sus invitados, propiciaron que la alberca de tan sucia que estaba se tuviera que vaciar el día viernes.
Ahora imagínate, si sufriste de la escasez de agua este fin de semana. En aquellas casas se disfrutaba vaciar con cubetas aquella alberca. Pero aprovechando toda esa agua con químicos para regar el área verde de los alrededores.
Sacrificando un día entero sin alberca, porque estuvo lista hasta las diez de la noche pero ¡de que forma se disfrutó el sábado! Sábado de Gloria, alberca, Cuernavaca, la familia. Podrían decir que es la combinación perfecta para estas vacaciones.
No importa dormir en un colchón inflable junto al tío, la prima o el sobrino o en el suelo junto al perro. Lo importante es vivir la aventura. Perder la monotonía de la ciudad de México que fastidia. La gente escandalosa en sus carros, el tráfico provocado por los miles de coches que se quedaron por no tener vacaciones o dinero, más los miles que se quedaron a vuelta de rueda o ya sin avanzar como en la de Querétaro.
Una semana para relajarse y aunque muchos descansaron, otros más se quedaron a sol y sombra como caudillos en su arduo trabajo. Semana santa dedicada al cristianismo pero de eso ni quien se acuerde.
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